sábado, 15 de diciembre de 2007

65. COMIDA NAVIDEÑA DE EMPRESA

(emitido el sábado 15 de Diciembre de 2007 en Protagonistas Sevilla ( Punto Radio, 93.0 F.M.)

Muy buenas tardes y felices fiestas, especialmente a los currantes. Se aproximan minutos de gloria y hecatombe, todo mezclado y muy contradictorio: muy pronto vamos a tener la queridísima y odiada comida navideña de empresa, ese momento sublime en que estaremos más cerca de los compañeros y que todos haremos vacío al jefe antes de llegar al restaurante:
-¡Pepe, párate, que te va a tocar sentarte al lado del jefe!
-¡Y qué quieres que haga, si lleva todo el camino charlando conmigo!
También encontramos al trepa de turno dispuesto a sacrificarse por la causa y un ascenso:
-¿Y la familia, don Gutiérrez, qué tal está?
-Pues será usted el único en toda la oficina que no sepa que me acabo de separar.
-¡Uy, cuanto lo siento!
En fin: acercamiento, camaradería, balance fin de año entre copas de vino y raciones de jamón y queso en interminables mesas rectangulares donde todos intentamos buscar la mejor compañía, y no siempre es posible. Luego están los perfeccionistas: unas máquinas de recordar momentos siempre mejores que los actuales:
-Pues el restaurante del año pasado estaba mejor servido.
-¡Dónde va a parar!, y encima no hemos conseguido la zona de fumadores.
Llegamos a los postres entre brindis y lenguas estropajosas. Fin de la comida.
-Ahora nos vamos a tomar una copita, ¿verdad?
-Pues verás…
-¿Cómo, que te espera tu mujercita?, ¿y a ti tu maridín? ¡Rajaos, eso es lo que sois!
Con la corbata torcida por encima de la camisa o el rimel corrido, abrazamos al compañero ascendido a la categoría de amigo. Prudentemente, casi todos los jefes se retiran, menos uno: el bobalicón que todos los años se queda hasta el final de la juerga, y es objeto de burlas durante un año por sus subordinados.
Cánticos regionales, comentarios de los últimos powerpoints, puesta a parir de familiares cercanos. La última, por la calle Blanco White: Lousiana, Garufa o El Sitio. Algunos acabarán de madrugada sentados en el parque infantil, o deslizándose en turnos por la tirolina de la plaza. Vomitonas, y pises colectivos de varones junto a la tapia de Telefónica, eso sí todo trajeados y muy dignos. Y esta es la parte de la historia que no comparto: todos los años los vecinos acaban hasta el gorro de ser vertedero de las frustraciones de todas las S.A. o corporaciones que se toman la penúltima por la zona. Por ello, compañero currito: recuerda que una retirada a tiempo siempre es una victoria.

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