25. PARQUE DE MARÍA LUISA

25. PARQUE DE MARÍA LUISA

(emitido en Punto Radio -93.0 FM- en Protagonistas Sevilla el sábado 28 de Octubre de 2007)





Saludos desde el camino. Hoy queremos volver al parque de María Luisa. Cruzamos El Prado: ya han desmontado la noria panorámica. Imagino cuántas zanjas abiertas y obras habrán podido ver desde las alturas los turistas y curiosos que se hayan subido al artilugio: desde la calle San Fernando, paseo de Colón, la avenida, y allá donde alcance su vista. Pues sí, Sevilla es una ciudad muy bonita, supongo, o al menos si algún día la terminan.

Hemos llegado al parque. Recuerdo que en marzo pasado aparecieron varios patos enfermos en el parque de los Príncipes. Como acertada medida preventiva ante la temida gripe aviar, retiraron las aves de la Isleta de los Pájaros. Todo resultó ser una falsa alarma. Llego a mi destino y encuentro un estanque sucio donde con dificultad pueden sobrevivir peces. Ni rastro de ningún pato, o palmípedo. Desde aquí, un ruego imperioso: si ya los han vacunado, por favor, limpien de una vez ese estanque y devuélvanlos a su casa, que queremos disfrutar de ellos tirándoles altramuces.

El resto del parque se encuentra en sus mágicos primeros días de un otoño seco. El crepitar cadencioso de hojas secas pisadas se difumina a lo lejos ante el bullicio que nos espera: nos acercamos a la Feria de las Naciones. me parece muy acertada la ubicación de este evento clásico en las últimas ediciones, cercano a la plaza de América, y muy justo que se haya suprimido por fin la entrada. De todas formas, aún haciendo propósito de enmienda, cada año volvemos a caer en comprar la figurita que dijimos iba a ser la última, o el anillito de plata para la nena. Mucho peor es el totum revolutum gastronómico: nunca acabas sabiendo si tu indisposición fue producto de la hamburguesa de canguro que comiste en el stand de Australia -y que aún salta en tu barriga-, de las tortas de pan de lentejas con salsa del restaurante indio -con derecho a mosca-, o de los efluvios etílicos de los mojitos cubanos.

Con cierto malestar gástrico, termino mi periplo en la Plaza de España. Unas telas traslúcidas con un eslógan que reza Sevilla, la construcción de un sueño cubren las vergüenzas de unos puentes destrozados sobre un estanque seco. El turista ocasional que nos visita quizá creerá que esta maravillosa plaza única en el mundo por su singularidad recobrará su esplendor en no más de un par de meses.

Me parece perfecto el anuncio de la construcción de edificios de vanguardia por renombrados arquitectos de fama mundial en los terenos de la Cruzcampo. Y me pregunto qué pensarán estos señores del estado de abandono y la catastrófica gestión de la restauración de uno de los símbolos de Sevilla obra de Aníbal González. La construcción de un sueño se ha tornado pesadilla en la Plaza de España.