jueves, 31 de mayo de 2007

26. CONSULTA MÉDICA

(emitido en Punto Radio -93.0- en Protagonistas Sevilla el sábado, 4 de noviembre de 2006)

Muy buenas tardes a todos. Esta semana El Caminante se ha puesto malito: dejémoslo en gripe sin exponer los síntomas para no acrecentar entre los oyentes la Orden de los Hipocondríacos, de la que soy socio casi fundador. Como cronista urbano, qué mejor momento para describir los entresijos de una consulta médica. Guardemos el anonimato: nos dirigimos a la calle de la Salud, sin número, consulta del doctor Jerínguez.
Es preceptivo que nos reciba una enfermera muy seria pidiéndonos por anticipado nuestra tarjeta médica, por si se nos ocurre salir antes de tiempo. La señorita enfermera nos indicará con un leve movimiento de cabeza la situación de la sala de espera. Indefectiblemente, nunca tendrá las dimensiones dseadas: un rectángulo alargado donde todos en silencio nos miramos a los ojos, hasta coger una revista de papel cuché.
A veces, un leve murmullo de fondo en el que dos ancianos charlan sobre sus artrosis. Un gran acuario con una docena de minúsculos peces y un gigantón negro ocupan una esquina de la sala. Tenemos la sospecha de que el grande se ha zampado a más de uno.
Todas las paredes están decoradas con miles de relojes, y yo con mis agonios pienso si lo mío es grave.
Lo peor, con diferencia, soportar el Hilo Musical: El bueno, el feo y el malo y un popurrí de spaguetti wenstern. De un momento a otro, me estoy temiendo que la enfermera aparezca con un sombrero vaquero y las pistolas al cinto.
-Lo siento, forastero, llegó su fin.
Tan abstraído estaba ante duelos del oeste, peces glotones y relojes, que no escuché mi nombre pronunciado hasta tres veces por la señorita de la bata blanca. Llegó mi hora: el doctor Jerínguez me recibe. En su consulta suena Por un puñado d dólares a gran volumen. Supongo que será buen médico, pero debe estar sordo. Auscultaciones pertinentes y riña obligada:
-¡Le llevo a usted años diciendo que se vacune contra la gripe, que está entre los grupos de riesgo!
-¡Lo que usted diga, doctor! Le prometo que del año que viene no pasa.
-Pues ahora, a casa directo, a sudar un poco.
Me extiende la receta del frasco de jarabe y el antitérmico, estrechamos nuestras manos y salgo pitando escaleras abajo hasta alcanzar la calle. Lo mejor contra el sofoco pasado en la consulta, un gran vaso de agua. llego al primer bar decente y me pido una cerveza fresquita en su tanque de salmuera -mucho mejor que el agua, dónde va a parar-. Bueno, queridos radioyentes, buen fin de semana, abríguense y disfruten, no les vaya a pillar la gripe.

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