( emitido en Punto Radio Sevilla -93.0 FM- en Protagonistas Sevilla el sábado 18 de noviembre de 2006)
Saludos desde el camino. No hace mucho asistí a un partido de baloncesto con mi hija, deporte que ella practica con gran aprovechamiento por su parte, es decir: se divierte haciéndolo, le gusta.
Llegamos a la gigantesca cola que ocupa todo un lateral del Polideportivo de San Pablo . Debemos esperar media hora antes de adquirir nuestras entradas: sólo quedan de Grada Norte. Accedemos a la cancha ya a principios del segundo cuarto.
El Caja le está sacando tres puntos al Real Madrid: dos, uno, uno, dos; ritmo trepidante y adrenalina.
-¿Te gusta, hija?
-No sé, es distinto. me gusta más cuando juego yo. A estos parece que les han dado cuerda.
Continúa el partido: remontan los madriles, empatan; tiempo muerto. Unas lindas jovencitas comienzan a hacer contoneos y piruetas.
-¡Es guay, papá!
-¡No, hija, de guay, nada! ¡Te imagino dentro de unos años y no me hace gracia! El género masculino es muy primitivo. ¿Tú crees que prestan atención a la coreografía?: ¡a las falditas cortas y a las piernas!
-¡Exagerado!
Acaba el segundo cuarto: en el intermedio, un ser vestido de rapero comienza aarengar a las masas:
-¡A ver quién chilla más, si la Grada Norte o la Grada Sur!
Debo proteger a mi hija ante la avalancha de energúmenos que se acercan a la valla demostrando su furia. El gurú viene acompañado por un par de animadoras en amarillo, que ofreciéndonos sus traseros respingones, de espaldas, tiran camisetas a las masas enfebrecidas, y no hay donde refugiarse. El siguiente descanso es aún peor porque arojaron balones: dos hinchas casi se agreden por uno de ellos.
Por fin llegó el último cuarto: el Caja gana de cinco, de cuatro, tres, una decisión arbitral dudosa, de uno. Ahora el Madrid nos gana de uno, otra decisión arbitral dudosa, siempre a favor del Real madrid, por supuesto. El griterío es ensordecedor.
-¡Papá, le están deiciendo palabrotas al árbitro!
-Hija, está muy feo; pero es excesivo el cariño que le tienen los árbitros al Real Madrid.
Cinco minutos de agonía, fin del partido: perdimos de siete. Completamente sordo, espero que se disuelva la masa. me imagino togado abandonando el circo romano, la plaza de toros, o cubierto de pieles asistiendo a un combate a garotazos en tiempos de primo Cromañón.
Siglo XXI: ordenador, móvil, GPS, y en una cancha -que no tiene por qué ser de fútbol- qué cerca volvemos a estar del mono.
Regreso a mi cueva con mi cachorro, y encima hemos perdido: ¡unga, unga!
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