42. YA ESTÁ AQUÍ
(emitido en Punto Radio -93.0 FM-, Protagonistas Sevilla, el 24 de marzo de 2007)
Buenas tardes, se aproximan días de gloria: en una semana y horas, comienza un nuevo año en Sevilla, tiempo que nos falta para que llegue el Domingo de Ramos. El Caminante se reconoce tonto de capirote, así que ayer por la tarde ya se encontraba en la Puerta Carmona haciendo cola en El rincón del nazareno para recoger un nuevo artilugio cónico. El olor a pollo asado se mezcla con el del humo del tráfico. Llegó mi turno, y una vez probado el cucurucho sobre mi perímetro craneal, abandonamos con dificultad este minúsculo local.
Cruzamos la acera para tomar un café con leche en el bar Antiguas Piletas. Radio con marchas a todo volumen, barra con incensario de barro quemando aromas cofrades, y un camarero-costalero rellenando la máquina de café a ritmo de marcha de palio: toca mecerla. Colgado de un pilar, un marco con el relieve del arco ojival de San Esteban. Bajo éste, una pequeña placa de cerámica que reza: FALTAN 11 DÍAS PARA EL MARTES SANTO. Llega un parroquiano:
-¡Ojú, ya estamos otra vez! Pero, bueno, niño, ¿tú no te cansas?
-¡Esto es lo que hay!, ¿qué va a ser?
-Pues un cortao, y ten cuidao, a ver si en vez de azúcar me vas a echar incienso.
Sonrío, termino mi café y prosigo mi caminar hacia la iglesia de San Ildefonso. Ocupo mi lugar en una gigantesca cola que llega hasta la calle Boteros. Desconocía este impresionante rito: todos los viernes de marzo muchos paisanos, sobre todo mujeres, acuden a rezar ante la imagen del Cautivo, un Cristo con largas melenas de pelo natural alejado de los cánones estéticos sevillanos.
Regreso a casa sin poder pensar en otra cosa que no sea el Domingo de Ramos, el estreno del Carmen Doloroso el Miércoles Santo, para cuándo iré en el tramo previo a mi Cristo, en qué rincón tras la catedral llegará el avituallamiento, o si la virgen de los Gitanos dejará por fin de llevar el manto marrón, ése que patrocina la Casa de Alba con un bordado gigantesco de su escudo nobiliario fuera de lugar, como si María Santísima de las Angustias fuese vasalla de la más rancia nobleza hispalense.
En fin, salvo estos detalles al Caminante le cuesta mucho trabajo criticar lo que ama profundamente. Y en otro orden de cosas, ojalá copiásemos en nuestra ciudad el modelo de organización en todos los sentidos de nuestra Semana Santa. Pronto van a llegar días de gloria en Sevilla, y disfrutémoslos cada uno a su estilo: huyendo a las playas, o tomando las calles con esa bulla civilizada y serena de los últimos años. Y si hay fútbol el Jueves Santo, pues que haya: nada va a impedirnos disfrutar de la mejor Semana Santa del mundo, por mucho que se empeñe el lobby malagueño de Canal Sur. Y es que, como dice mi amigo Jose:
-Fíjate si soy capillita, que a mí me gustan hasta los pasos de cebra.
Que tengan ustedes felices vísperas.
(emitido en Punto Radio -93.0 FM-, Protagonistas Sevilla, el 24 de marzo de 2007)
Buenas tardes, se aproximan días de gloria: en una semana y horas, comienza un nuevo año en Sevilla, tiempo que nos falta para que llegue el Domingo de Ramos. El Caminante se reconoce tonto de capirote, así que ayer por la tarde ya se encontraba en la Puerta Carmona haciendo cola en El rincón del nazareno para recoger un nuevo artilugio cónico. El olor a pollo asado se mezcla con el del humo del tráfico. Llegó mi turno, y una vez probado el cucurucho sobre mi perímetro craneal, abandonamos con dificultad este minúsculo local.
Cruzamos la acera para tomar un café con leche en el bar Antiguas Piletas. Radio con marchas a todo volumen, barra con incensario de barro quemando aromas cofrades, y un camarero-costalero rellenando la máquina de café a ritmo de marcha de palio: toca mecerla. Colgado de un pilar, un marco con el relieve del arco ojival de San Esteban. Bajo éste, una pequeña placa de cerámica que reza: FALTAN 11 DÍAS PARA EL MARTES SANTO. Llega un parroquiano:
-¡Ojú, ya estamos otra vez! Pero, bueno, niño, ¿tú no te cansas?
-¡Esto es lo que hay!, ¿qué va a ser?
-Pues un cortao, y ten cuidao, a ver si en vez de azúcar me vas a echar incienso.
Sonrío, termino mi café y prosigo mi caminar hacia la iglesia de San Ildefonso. Ocupo mi lugar en una gigantesca cola que llega hasta la calle Boteros. Desconocía este impresionante rito: todos los viernes de marzo muchos paisanos, sobre todo mujeres, acuden a rezar ante la imagen del Cautivo, un Cristo con largas melenas de pelo natural alejado de los cánones estéticos sevillanos.
Regreso a casa sin poder pensar en otra cosa que no sea el Domingo de Ramos, el estreno del Carmen Doloroso el Miércoles Santo, para cuándo iré en el tramo previo a mi Cristo, en qué rincón tras la catedral llegará el avituallamiento, o si la virgen de los Gitanos dejará por fin de llevar el manto marrón, ése que patrocina la Casa de Alba con un bordado gigantesco de su escudo nobiliario fuera de lugar, como si María Santísima de las Angustias fuese vasalla de la más rancia nobleza hispalense.
En fin, salvo estos detalles al Caminante le cuesta mucho trabajo criticar lo que ama profundamente. Y en otro orden de cosas, ojalá copiásemos en nuestra ciudad el modelo de organización en todos los sentidos de nuestra Semana Santa. Pronto van a llegar días de gloria en Sevilla, y disfrutémoslos cada uno a su estilo: huyendo a las playas, o tomando las calles con esa bulla civilizada y serena de los últimos años. Y si hay fútbol el Jueves Santo, pues que haya: nada va a impedirnos disfrutar de la mejor Semana Santa del mundo, por mucho que se empeñe el lobby malagueño de Canal Sur. Y es que, como dice mi amigo Jose:
-Fíjate si soy capillita, que a mí me gustan hasta los pasos de cebra.
Que tengan ustedes felices vísperas.
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