(emitido en Punto Radio -93.0 FM- en Protagonistas Sevilla el sábado 16 de junio de 2007)
Muy buenas tardes, hoy mi paseo concluye en una de las calles de nuestra muy monárquica ciudad, al menos en su nomenclatura: Cabeza del rey don Pedro, Glorieta de doña Mercedes de Orleáns y Borbón, Parque de los Príncipes.
Nos encontramos en la Avenida Reina Mercedes, monarca coplera por excelencia, y la más tierna historia de amor de don Alfonso XII, su triste marido, que también tiene calle en Sevilla, y su hijo, hasta un hotel.
Bien temprano, llegamos desde La Palmera. A nuestra derecha, Facultades de Farmacia, Biológicas, Escuelas técnicas de Arquitectura, campus, y a nuestra izquierda, bloques de pisos setenteros, altos, espigados, con sus bajos comerciales repletos de copisterías e infinidad de bares especializados en comida rápida, y sus propietarios, que disfrutan y sufren con la presencia estudiantil. Por una parte, se quejan del ruido y las macrobotellonas de otros tiempos, y por otra, sacan beneficios alquilando sus viviendas a universitarios.
En cualquiera de sus bares, y a todas horas, aparecen chavales ojerosos pidiendo café o bocadillos para seguir maratonianas sesiones de estudio: estamos en fin de curso. Toda la manzana respira tensión y nervios: los estudiantes, esperando entrar en sus aulas para examinarse o entregar trabajos hechos a golpe de ratón y Copiar y Pegar archivos. Y a escasos metros, frente a la sede de Tráfico, hileras de coches de autoescuelas con sus instructores, examinadores y futuros dueños de automóviles esperando merecer la tan ansiada cartulina rosa con sus doce puntos.
Imposible no contagiarnos de este espíritu evaluador. Sinceramente, no veo justo que dos alumnos no puedan sumar sus notas para aprobar y llegar al tan ansiado cinco , que es a fin de cuentas lo único que importa. No sé por qué le exigimos a nuestros alumnos más que a nuestros representantes municipales.
Hace poco, ha habido exámenes municipales cuatrienales. El Partido Popular ha sacado un 4.5 alto. El PSOE, tampoco aprueba: otro 4.5 raspón. Sin embargo, se ha asociado con su amigo Izquierda Unida. Sumando el 0.5 de esta formación y cambiando de nombre, ya consiguen el aprobado: ahora se hacen llamar Pacto de Progreso. Mientras, el PP ha buscado otros aliados, pero el Partido Andalucista no llega al P.A., o sea, no Progresa Adecuadamente, repite curso.
Puestos a Copiar y Pegar, la nota más brillante hubiese sido el Sobresaliente que formarían la suma de las notas del PSOE y el PP. Y uniones de estas características se producen sin problema en otros países de Europa, donde piensan más en los intereses generales que en el cambalacheo de décimas. Por otra parte, con resultados tan ajustados, lo mejor sería ofrecer la posibilidad de una recuperación en segunda vuelta sólo con los dos candidatos al cinco.
Por supuesto, alguien dirá que las bisagras son imprescindibles para abrir y cerrar puertas de gobierno. Pero es que ya estamos hartos de gastar tantos millones en engrasarlas.
Muy buenas tardes, hoy mi paseo concluye en una de las calles de nuestra muy monárquica ciudad, al menos en su nomenclatura: Cabeza del rey don Pedro, Glorieta de doña Mercedes de Orleáns y Borbón, Parque de los Príncipes.
Nos encontramos en la Avenida Reina Mercedes, monarca coplera por excelencia, y la más tierna historia de amor de don Alfonso XII, su triste marido, que también tiene calle en Sevilla, y su hijo, hasta un hotel.
Bien temprano, llegamos desde La Palmera. A nuestra derecha, Facultades de Farmacia, Biológicas, Escuelas técnicas de Arquitectura, campus, y a nuestra izquierda, bloques de pisos setenteros, altos, espigados, con sus bajos comerciales repletos de copisterías e infinidad de bares especializados en comida rápida, y sus propietarios, que disfrutan y sufren con la presencia estudiantil. Por una parte, se quejan del ruido y las macrobotellonas de otros tiempos, y por otra, sacan beneficios alquilando sus viviendas a universitarios.
En cualquiera de sus bares, y a todas horas, aparecen chavales ojerosos pidiendo café o bocadillos para seguir maratonianas sesiones de estudio: estamos en fin de curso. Toda la manzana respira tensión y nervios: los estudiantes, esperando entrar en sus aulas para examinarse o entregar trabajos hechos a golpe de ratón y Copiar y Pegar archivos. Y a escasos metros, frente a la sede de Tráfico, hileras de coches de autoescuelas con sus instructores, examinadores y futuros dueños de automóviles esperando merecer la tan ansiada cartulina rosa con sus doce puntos.
Imposible no contagiarnos de este espíritu evaluador. Sinceramente, no veo justo que dos alumnos no puedan sumar sus notas para aprobar y llegar al tan ansiado cinco , que es a fin de cuentas lo único que importa. No sé por qué le exigimos a nuestros alumnos más que a nuestros representantes municipales.
Hace poco, ha habido exámenes municipales cuatrienales. El Partido Popular ha sacado un 4.5 alto. El PSOE, tampoco aprueba: otro 4.5 raspón. Sin embargo, se ha asociado con su amigo Izquierda Unida. Sumando el 0.5 de esta formación y cambiando de nombre, ya consiguen el aprobado: ahora se hacen llamar Pacto de Progreso. Mientras, el PP ha buscado otros aliados, pero el Partido Andalucista no llega al P.A., o sea, no Progresa Adecuadamente, repite curso.
Puestos a Copiar y Pegar, la nota más brillante hubiese sido el Sobresaliente que formarían la suma de las notas del PSOE y el PP. Y uniones de estas características se producen sin problema en otros países de Europa, donde piensan más en los intereses generales que en el cambalacheo de décimas. Por otra parte, con resultados tan ajustados, lo mejor sería ofrecer la posibilidad de una recuperación en segunda vuelta sólo con los dos candidatos al cinco.
Por supuesto, alguien dirá que las bisagras son imprescindibles para abrir y cerrar puertas de gobierno. Pero es que ya estamos hartos de gastar tantos millones en engrasarlas.
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